INGREDIENTES
2 cucharadas soperas
de sal gruesa
Cascaras de 5 mandarinas de pieles gruesas
1 y 1/2 Litro de agua para remojar las cascaras
750 cm3 de agua para cocinar
500 g de azúcar
200 g de baño de cobertura de chocolate semiamargo
Lavar muy bien las cascaras cepillándolas. Secarlas con papel de cocina.
ALMACENADO: Guardar las cascaritas en envases herméticos limpios, previamente pulverizados con alcohol. Conservarlas en
un lugar fresco, seco y oscuro, o en la parte menos fría de la heladera.
Disolver la sal en el agua tibia. Tapar y dejar enfriar. Luego, introducir las cascaras de mandarina, cubrirlas con papel
film y dejarlas en remojo (sin agregar más sal) hasta el día siguiente cambiando el agua 2 veces.
Sacarlas del agua, enjuagarlas bien y escurrirlas. Retirar una parte de sus hollejos (no deben quedar muy delgadas) con
un cuchillo.
Cortarlas en tiras de 7 cm de largo x 0,5 cm de ancho; colocarlas en una cacerola con agua y llevarlas al fuego hasta
que rompa el hervor. Escurrirlas desechando el agua.
Volver a volcar agua en la cacerola e incorporar las ciscaras; llevarlas al fuego y. cuando rompan el hervor, retirarlas
y escurrirlas desechando el agua. Reservarlas tapadas. Las cascaritas se blanquean varias veces para quitarles el sabor amargo
y a la vez tiernizarlas, ya que si se pusieran directamente en el almíbar, éste no penetraría y quedarían duras.
Colocar 200 g de azúcar en la cacerola y cubrirla con agua; llevar la mezcla al fuego y, cuando rompa el hervor, incorporar
las cascaritas. Recuperar el hervor y apagar el fuego. Dejar reposar las ciscaras hasta el día siguiente dentro de la olla
tapada.
Al día siguiente, retirar las cascaritas de la olla y agregar 150 g de azúcar al almíbar preparado en el paso anterior;
llevarlo al fuego y, cuando rompa el hervor, incorporar las cascaritas. Recuperar el hervor y apagar el fuego. Dejar reposar
la preparación hasta el día siguiente.
Pasado el tiempo de reposo, retirar las cascaritas del almíbar y verter el resto de azúcar dentro de la olla. Llevar el almíbar
al fuego y, cuando rompa el hervor, incorporar las cascaritas, bajar el fuego y cocinarlas lentamente hasta que estén tiernas
y transparentes. Retirarlas de la cacerola y escurrirlas.
Ubicarlas sobre una rejilla con una placa debajo y dejarlas orear, o secarlas en horno suave hasta que estén tiernas.
Fundir el chocolate a baño Haría y sumergir las cascaritas (enteras o solo la mitad); retirarlas y dejarlas secar sobre
un papel manteca o una lámina antiadherente.
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